diumenge, 7 d’octubre del 2012

Tristán e Isolda

Tristán e Isolda es una novela sentimental de origen celta del s.XII.

Esta leyenda histórica sobre los amores de una princesa irlandesa y un guerrero de Lyonesse. Isolda era hija del rey de Irlanda, mientras que los padres de Tristan eran el rey de Lyonesse y Blancaflor, hermana del rey Mark de Cornualles.

El rey Mark tenía un tratado con Irlanda, mediante el cual hacía entrega de 600 jovenes al monarca irlandés. Hubo un año en que se negó, pero a cambio Tristan tuvo que luchar con Morholt, uno de los guerreros del rey irlandés. Luchan y Tristán vence, aunque es herido por una jabalina envenenada.

Creyéndolo incurable, lo abandonan en una barca, y es encontrado y llevado a palacio, donde es sandado por la madre de Isolda. Cuando la princesa se entera de quien es, no puede evitar odiarle por haber matado a su tío Morholt; pero Tristan termina por volver a Cornualles, pues cree que su vida está en peligro.

Pasa el tiempo y el rey Marco decide casarse con la joven irlandesa, para lo cual su sobrino va a buscarla. La madre de Isolda entrega a Brangien, la sirvienta de la princesa, un bebedizo que deben beber los esposos en su noche de bodas. Por desgracia, o por fortuna, a los dos jovenes les entró sed, y encontrando el filtro, lo bebieron, quedando así enamorados el uno del otro. Al llegar a Cornualles, la boda se celebró, pero fue Brangien y no Isolda la que ocupó el leche nupcial durante la noche, mientras la princesa de Irlanda fue a encontrarse con Tristán. 

Fueron muchas las tretas de los dos amantes para que el rey no los descubriera, el cual no lo hizo hasta un tiempo después. Los dos jovenes fueron delatados ante el rey por unos nobles envidiosos, y el rey Mark, para tener pruebas, comienza a espiarlos, pero Brangien se da cuenta y los pone sobre aviso. El rey se siente celoso y le pide a tristan que se vaya del castillo, aunque los encuentros continuan a base de astucias, y así consiguen burlar la vigilancia.

Nuevamente son traicionados, y condenados a morir en la hoguera. Pero el joven guerrero logra escapar y rescata a Isolda cuando la llevan a la hoguera, huyendo después los dos hacia el bosque. Mientras duermen son encontrados por el rey, que se da cuenta de que están durmiendo separados por una espada; conmovido, sustituye la espada de Tristan por la suya propia y coloca un anillo en el dedo de su esposa, yéndose después lleno de pena.

Los jovenes amantes vuelven a la corte, conmvidos por la generosidad del rey. Mark consiente en volver a tomar a Isolda, y Tristan viaja hacia el exilio. Intenta olvidar a Isolda la de los rubios cabellos casándose con otra Isolda, la de las blancas manos, hija de el duque de Hoel.

Tristan no puede olvidar a la irlandesa, y cuando en un combate es herido de muerte por una lanza envenenada, le pide a su compañero Kaherdino que vaya a buscarla. Quedan en que si consigue traerla izará una vela blanca, en caso contrario izará una vela negra. Lo que no saben es que la de las blancas manos ha escuchado toda la conversación.

Todos los días pide Tristan que se vigile el mar. Cuando llega el barco, su esposa miente y dice que la vela es negra, tras lo cual él se deja morir. Isolda la de los rubios cabellos llega y se entera de lo que ha pasado, se aceustra junto a Tristán, entregando también su alma.

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